Soledad JARQUÍN EDGAR

La política y la administración pública están llenas de errores y fracasos. Cada acto tiene un nombre y un apellido. El resultado evidente es la pobreza, la inmensa pobreza que se refleja en el rostro de millones de personas sometidos al dolor, a la falta de esperanza, al lamento por la cada vez mayor lejanía de sus derechos. Un retroceso para la humanidad.

En contraparte galopa desbordada la corrupción que se nota como la mugre, mancha y también infecta, que cierra instituciones y la ley es letra muerta. Y, otra vez, se escuchan los lamentos de quienes han sido desposeídos de sus garantías.

Las cárceles reciben ahora a las nuevas “delincuentes” las mujeres que maltratan a sus hijos e hijas, acusadas por un vecino o, casualmente, por sus ex parejas, y lejos de las mazmorras de Santa María Ixcotel, los verdaderos delincuentes, a ellos, ya se dijo, hay que pedirles disculpas por la osadía de señalarlos por el despojo, porque en realidad no se robaron el dinero, sino que hicieron un acto de magia al transformar el dinero público en su patrimonio.

La justicia es una palabra que se vuelve cada vez más extraña, más cuando se mezcla con la pobreza y, peor aún, cuando quien ha castigado es parte del poder. Un ejemplo, concreto es lo sucedido este viernes en Hermosillo, Sonora, con el arresto de dos de los padres de las víctimas del incendio de la guardería ABC. Otra vez, las redes sociales dieron cuenta de forma inmediata de ese lamentable hecho y condenaron que los verdaderos culpables de ese acto negligente que costó la vida a 49 niños y niñas menores de cuatro años sigan en libertad, protegidos por el poder, el nombre más citado fue, Juan Molinar Horcasitas, ex director del IMSS y ahora integrante del equipo de la candidata panista, Josefina Vásquez Mota.

Paradojas, para estos victimarios no hay cárceles, pero en Oaxaca las“avezadas” modificaciones legislativas sobre violencia familiar, como la propuesta por la petista Hita Ortiz hicieron posible que la violencia intrafamiliar sea un delito grave, consecuencia ésta de la ignorancia de la diputada. Eso ha provocado que un número importante de mujeres estén ahora en la cárcel por violentar a sus hijos e hijas. No así quienes violentan a éstas mujeres. Se trata, por lo general, de mujeres pobres, en condiciones de desventaja social total, gracias no sólo al sistema patriarcal, hay otras razones. En tanto, las iniciativas para penalizar el feminicidio y la violencia obstétrica, que sigue dejando víctimas todos los días, no se tocan en Oaxaca.

Pero el error y fracaso más grande es la tolerancia de la ciudadanía, el mirar, lamentarse y esperar a que nos llegue el olvido. Ya la juventud universitaria (por supuesto de otras entidades) nos han puesto la muestra. Le dicen no a todo lo que apesta, a lo que está lleno de mugre y que a estas alturas ya no sirve para nada: la partidocracia y los medios desinformativos. En cambio los universitarios oaxaqueños no acaban de abrir los ojos, y eso se nota cuando vemos a quienes los gobiernan: Helmes en la rectoría, Franco en Medicina, qué miedo, pobre Oaxaca. Enriquecidos de poder y de dinero, inexplicable, sólo para quienes omiten los pequeños detalles.

Pero así es Oaxaca. Quienes aquí vivimos estamos “acostumbrados” a permanecer de rodillas frente a la mayor de todas las tiranías sociales, la que ejerce desde hace 32 años la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), con daños colaterales irreversibles e irreparables, porque son años y años de un virus carcomiendo por dentro, que propaga una enfermedad social mortal: la ignorancia de su pueblo.

Ya en una ocasión parte de la población oaxaqueña les mostró su solidaridad tras un acto violento de desalojo que se convirtió en una batalla campal de ida y vuelta, pero esta vez, tendrían que pensarlo dos veces. Frente a ellos hay cansancio que se adereza por las torpezas de un gobierno que no ata, más bien desata, hace tormentas en un vaso de agua, y por supuesto la pesada loza de una crisis financiera.

La de la Sección 22, es una revuelta sin sentido, porque sabemos que el pliego petitorio se resuelve en la capital del país, aquí vienen por la ganancia, porque uno a uno de los gobiernos estatales lo han permitido. Es curioso hace 32 años gobernaba Oaxaca Pedro Vásquez Colmenares, padre del inocuo titular del Instituto Estatal de Educación Pública, Bernardo Vásquez. Pobre, los líderes magisteriales ni siquiera le permiten estar en la mesa de negociaciones, vaya papel tan indignante.

Por eso, lo que cada año realiza la Sección 22, son demostraciones del poder concedido y reconocido por las autoridades no por la base trabajadora; es una expresión de su fuerza, representada en cada maestro y cada maestra que ante el miedo de perder sus beneficios responden sin más al llamado de los machos-guerreros que componen la dirigencia sindical de la sección 22.

Ninguno de sus actos tiene que ver con la educación de más de un millón 300 mil educandos que año con año pierden días y días de clase, eso los tiene sin cuidado y se nota en su pliego petitorio que a nivel estatal han elaborado este año. Lo que importa a la dirigencia magisterial es seguir la tradición. Se olvidan de un principio fundamental: la mejor de todas las revoluciones, es la educación. Por eso y sólo por eso estamos como estamos, en los últimos lugares de todo lo que signifique avances y en los primeros de lo que tenga que ver con marginación y pobreza.

Difícil para la población oaxaqueña dar otro voto de confianza al magisterio, porque ya lo tuvieron una vez y como en los gobiernos que prometen cambios, con la fuerza del profesorado nada ha cambiado por el contrario se han engallado, han radicalizado sus protestas que nada, insisto, tienen que ver con la educación. Por eso el llamado a través de las redes, para que la gente de Oaxaca acuda a los bancos este 30 de mayo y obstaculice, como hace el magisterio, las puertas, el objetivo es que no cobren la quincena que no se han ganado, al menos por ese día.

Pero como decía mi abuelita Lucha, no tiene la culpa el compadre sino quien le pidió que fuera el padrino. El gobierno del cambio, es decir, el gobierno de Gabino Cué, sigue en el contentillo, miedoso y con operadores que en nada ayudan pero cobran bien, un titular del IEEPO inocuo, repito. Nada. Bernardo, el intelectual del libro en la mano, esta doblegado y gastando miles y miles de pesos en la instalación de mesas de negociación en hoteles de lujo, mientras él espera paciente en una habitación de lujo los resultados.

¿Qué piden los maestros si ya lo tienen todo? Nada que tenga que ver con la superación de la educación. Ellos rechazan la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) ¿Qué es eso? Bueno, si la ACE se realizara al pié de la letra, esta implicaría una serie de acciones para la modernización, profesionalización del magisterio, el bienestar del alumnado, la formación integral del estudiantado para la vida y el trabajo y finalmente la evaluación. Y ahí está el meollo del asunto: EVALUACIÓN, nadie quiere pasar por la prueba. ¿De qué privilegios gozan para no ser evaluados?
El magisterio y el gobierno estatal han propuesto su propia estrategia, el Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca. Su propio plan. Lo demás es político, esclarecimiento de crímenes de “luchadores sociales” y cárcel y castigo para Ulises Ruiz. De ahí nadie los saca, ni su propio aliado en esta confabulación contra la educación del pueblo, es decir, quien hoy gobierna Oaxaca.

HOY PRESIÓN, MAÑANA PRISIÓN

Los errores se pagan, nos decían nuestra madres una y otra vez, pero no teníamos idea alguna de lo que esas palabras implicaban. De ello deben estarse enterando dolorosamente los priistas y con ello los ex gobernadores José Murat y Ulises Ruiz los autores intelectuales del desastre que para ese partido se avecina en Oaxaca el 1 de junio próximo. Enrique Peña Nieto no tendrá los votos que lo hagan ganar. Los errores garrafales se concentran en los pésimos candidatos, ya lo habíamos dicho, por un lado Eviel Pérez y por el otro Sofía Castro; la otra es su candidata por el distrito 8, Elizabeth Acosta. Eviel Pérez candidato perdedor del pasado proceso electoral para gobernador de Oaxaca frente a una coalición de partidos. Sofía Castro con una trayectoria oscura que ha seguido las reglas y se ha abierto paso al viejo estilo priista, el que ya no quieren que vuelva. Y la tercera, conocida como instructora de aerobics, pero no como política inteligente, que es lo que más se demanda en este momento. Hay alarma para el PRI en su viejo bastión oaxaqueño.

 

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