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Teoloyucan, Edomex - Hace alrededor de tres años, un reducido grupo de desertores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), decepcionados por las constantes disputas internas y derrotas políticas se unieron a Pedro Zenteno Santaella en busca de posicionarlo como su candidato a la presidencia municipal o a una diputación local por el entonces nuevo partido encabezado por Andrés Manuel López Obrador, Morena.

Los desertores eran personas con aspecto humilde, mal vestidos, con poca experiencia en la grilla, de barrio pues. Cobijados en su aspecto y con aparentes buenas intenciones, se dieron a la tarea de buscar el cargo para Zenteno esperando que al lógralo les retribuyera con por lo menos una despensita para mitigar el hambre.

Después de un tiempo de haberse integrado al nuevo partido empezaron a cambiar, como era de esperarse, cuando notaron que la despensita podía ser un pastel, los perredistas y nuevos morenistas entraron en disputas y traiciones replicando el caos del que venían en el otro partido. Zenteno no pudo controlar a los supuestos bien intencionados y las diferencias en las filas no se hicieron esperar, salió su verdadero yo para enseguida integrarse, en el mismo partido, a un grupo sin Zenteno cargándose a lado de Gabriela contreras Villegas. Al tiempo, la traición les funcionó. Finalmente, Zenteno ha tomado su rumbo y los traidores el suyo, por cierto, esos nos gobiernan hoy.

De la disputa interna en Morena salieron los actuales gobernantes, al inicio de la gestión eran notoriamente ingenuos, pues carecían de experiencia en llevar las riendas de un gobierno municipal, dada su inexperiencia no tenían ni la mínima idea de cómo hacer dinero siendo funcionarios públicos sin meterse en problemas legales, anhelo que pronto llegó a ellos, el impedimento fue superado al emplear experimentados asesores en el arte de robar, cambiando así y para muy bien su estatus económico, solo eso, nada de lo que prometieron en campaña han cumplido.

Prueba de lo anterior es que en el pueblo nada ha cambiado para bien, sí, sus sencillos atuendos usados en campaña que no utilizan más, ahora deambulan en ropas de marca, y que decir de su manera de viajar, hoy por hoy lo hacen en autos último modelo, su residencia en muchos casos pasó a ser en municipios donde, irónicamente, habitan los Fifís que ataca el Presidente. Ah, el “haiga” en su vocabulario lo conservan celosamente.