sinembargo
“¿Qué delito es el robo de un banco comparado con el hecho de fundar uno?”, Bertolt Brecht.
Por: Sanjuana Martínez.- El nivel de ganancias de la banca sólo puede compararse con el nivel de robo, timo y rapiña contra sus consumidores. México es el paraíso de la banca, de la banca abusiva. Los casos abundan: exceso de comisiones, intereses exorbitantes, dinero por clonación o robo de tarjetas no reembolsado, cobro ilegal de pagos, indefensión ante el fraude cibernético, etcétera, etcétera.
En este país los banqueros se han convertido en ladrones de cuello blanco. Ninguno obtiene tantas ganancias como en México. Ellos mismos lo reconocen. Las obtienen a costa de los consumidores y de los privilegios e impunidad otorgados por el Estado.
Y para muestra, los números. El último resultado de sus ganancias es revelador. Los 42 bancos que operan en México obtuvieron 78 mil millones de pesos en utilidades de enero a noviembre del 2012, derivadas en parte del cobro de altos intereses; un 25 por ciento respecto a los 63 mil millones que ganaron en el mismo período de 2011. Es decir, sólo por intereses, los bancos ganaron 44 mil 400 millones de pesos, un 57 por ciento de sus ganancias.
El reporte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) señala que cada una de las instituciones de la llamada banca múltiple obtuvo 5.5 millones de pesos al día. Gracias a la cartera de crédito de dos billones 708 mil millones de pesos.
Los mexicanos estamos endeudados hasta las chanclas; con prestamos personales, pero también con las enormes deudas dejadas por ayuntamientos y gobiernos irresponsables, cuyos funcionarios se dedican a robar a manos llenas con total impunidad.
De acuerdo a los informes del Banco de México los ciudadanos se endeudaron el año pasado, 101 mil 600 millones de pesos para adquirir bienes de consumo. Tenemos una vida sostenida por el crédito caro y con excesivos intereses hasta 13 veces superiores a los que los mismos bancos se aplican entre ellos.
Sólo hay que ver los intereses que cobran los bancos en tarjetas de créditos que van desde el 30 hasta el 65 por ciento; mientras la tasa de equilibrio es de sólo un 4.84 por ciento. Es decir, no están justificados de ninguna manera ese nivel exagerado de intereses. Los peores son Banamex, Bancomer, Banco Azteca, HSBC, Santander, Banorte, Scotiabank, Banco del Bajío…
Y es que los bancos cobran en México 21 tipos de comisiones que no pueden cobrar en sus países de origen donde verdaderamente existen límites a sus excesos. Aquí en cambio las comisiones que nos aplican son 10 veces más que en sus países, según un reporte del Banco de México y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios Financieros (Condusef). Con total placer, el grupo español BBVA acepta que al menos un tercio de sus ganancias mundiales proviene precisamente de su filial Bancomer. Y el banco Santander en México obtuvo 957 millones de euros, en tanto que en Europa ganó 731 millones de euros, un 7.7 por ciento más que lo registrado en 2011.
Y cómo no, si el crédito contraído con tarjetas de crédito fue nada menos que de 266 mil 300 millones de pesos, un nivel histórico. Todo en la banca son excesos, por no decir hurtos. Por ejemplo, una tarjeta de crédito en México cuesta anualmente un promedio de 540 pesos contra 55 pesos en Inglaterra; 220 en Canadá o 204 en Estados Unidos, según datos de la Condusef que señala una importante diferencia por cheque devuelto. Mientras en México HSBC cobra 800 pesos, frente a los 599.54 pesos en Inglaterra.
Los números no mienten. Los banqueros, ladrones de cuello blanco, cobran por una tarjeta de crédito tasas de interés 20 veces superiores a lo que un ahorrador recibiría por mantener sus depósitos en ese banco. La diferencia es abismal: por una tarjeta de crédito nos cobran hasta 102 por ciento anual, mientras que por los depósitos nos dan un cuatro por ciento.
Ante este panorama de expolio, Enrique Peña Nieto nos presenta ahora su reforma financiera. Algunos ingenuos han pensado que esta “reforma” limitará los privilegios de los banqueros voraces. Pues no, al contrario, el gobierno priista pretende engordar más sus estados financieros.
El Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, nos anuncia con bombo y platillo que la reforma financiera que se presentará esta semana tiene un claro objetivo: “Se trata de lograr que la banca mexicana preste más y más barato”.
El mensaje está claro: ¡a endeudarse más!… Peña Nieto no quiere una reducción de costos de los servicios financieros, simplemente quiere que los mexicanos se endeuden más para que los bancos sigan haciendo “su agosto”. ¿Qué le darán los banqueros rapaces a cambio?
Supuestamente la reforma está enfocada a beneficiar a las empresas pequeñas y medianas para que tengan acceso a mejores prestamos, pero la realidad nos dice que entre más pequeña es una empresa mayor es la tasa de interés que le aplican los bancos.
Las micro, pequeñas y medianas empresas, las llamadas mipymes, reciben tasas de interés que oscilan entre el 16.3 y 26.8 por ciento, según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Este porcentaje es el doble de lo que pagan las empresas más grandes.
Si Peña Nieto realmente quiere reformar el sistema financiero debería primero empezar por acotar los privilegios de los bancos, aumentar el salario de los trabajadores y ofrecer la posibilidad de aumentar el nivel de vida de los mexicanos. Lo demás es simulación.
*sinembargo.mx