Por: Marco A. Márqeuz 

Desde  de la concepción de la burocracia se ha hablado de la importancia de fortalecer los valores éticos en los servidores públicos,  muchos gobernantes  han pasado sin que ha la fecha podamos realmente establecer un parámetro de que o cuales valores deben tener aquellos que se presten a brindar un servicio publico y como ciudadanos desconocemos como o bajo que bases calificar a los servidores públicos; Immanuel Kant (filosofo Alemán 1724-1804)  definió el concepto de la ética como un hecho de la razón, y se aplica como  ese valor intangible que nos distingue de los seres irracionales.

La ética y la corrupción van ligados de tal manera que considero que todo aquello que carece de ética es corruptible, y no solo se palpa esto en las instancias de gobierno, la corrupción es el cáncer que ha permeado hasta lo mas adentro de nuestra sociedad, lo vemos día a día, en la calle, en las escuelas, oficinas públicas, empresas, medios de comunicación, en fin, es un mal generalizado que se torna incontrolable, y todo ello por un sencillo factor……. No tenemos valor, y no hablo en sentido de valentía, si no el concepto de valorar,  de aquilatar todo esto que conforma una sociedad.

Se han perdido los valores fundamentales que nuestras generaciones nos legaron,  HONRADEZ, LEALTAD, RESPETO, DISCIPLINA, SERVICIO Y COMPROMISO, estos valores   debieran ser la constante  de todos en nuestro actuar cotidiano y la biblia  para todos aquellos que ofrecen sus servicios  de  cualquiera de sus formas, ya que el fin de todos es brindar un servicio.

La ética, no solo se enfoca a aquellos que trabajan en alguna oficina o dependencia de gobierno, es un concepto que corresponde a todo ciudadano establecer como su forma de vida, y no aplica como mal hemos hecho en definir hacia los servidores públicos, y como bien menciona Kant, ser ético es hacer lo que por ley nos corresponde hacer y no como la percepción de hoy en día que nos dice que ser ético es apenas no ser corrupto.

La ética, es una obligación general de comportamiento y actitud, y más allá un valor de conciencia que debemos impulsar para bien de las generaciones venideras,

Me despido con un pensamiento de Don Fernando Savater.

“Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir. “