Por Marco Antonio Márquez

Desde hace años en nuestro país la Organización no gubernamental Transparencia Mexicana, nos dio la pauta para ir cubriendo poco a poco esas enormes cavidades de certidumbre y transparencia en el uso y destino de los recursos públicos, que los entes de gobierno manejan.

Aun recuerdo los enormes esfuerzos y  las interesantes conferencias de uno de los pioneros en este menester, el Maestro Federico Reyes Heroles, quien a través de los preceptos de esta Organización impulso de manera incansable el ejercicio de transparentar las acciones de los gobiernos y aplicar medidas para controlar la corrupción. Y menciono el termino “controlar la corrupción” por que quien diga que la va a erradicar, realmente se engaña a si mismo e insulta a la inteligencia de millones de gentes que le escuchamos; La corrupción es un mal que a crecido en todos y cada uno de los ámbitos del sistema gubernamental avalado y sustentado por todos y cada uno de los ciudadanos que hoy en día decimos estar indignados por su existencia. Ya  lo decía el no bien querido y recordado José López Porillo, “La corrupción somos todos”.

Pero retomando el tema de hoy y analizando la propuesta que en días pasados presenta con bombo y platillos, el Presidente Electo Enrique Peña Nieto, para brindarle  autonomía  al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), me cuestiono lo siguiente: ¿Realmente el flamante poder legislativo aprobará esta propuesta? ¿En verdad es la intención del nuevo gobierno transparentar el uso, destino, designación y aplicación de los recursos financieros, humanos y materiales?, ante esto tengo que decir puntualmente ¡¡ No lo creo!!

Y no lo creo, no por el hecho de que se le permita al IFAI la anhelada, justa y urgente  autonomía, si no  porque me mantengo escéptico al creer que  los nuevos funcionarios federales acaten las disposiciones de informar los cómos y porqués del uso de los dineros públicos, me reservo el derecho de creer que los funcionarios que designará Peña Nieto, lleguen con las mejores intenciones de buscar el progreso y desarrollo que tanto necesitamos, pero sobre todo de que vengan con la convicción de impulsar la honestidad, la ética y la transparencia en el servicio público, eso en conjunto nos da transparencia y definitivamente dudo que los tengamos cabalmente en los próximos años.

No obstante, si se logra la autonomía del IFAI, mucho dependerá de este Instituto el establecer las normas, lineamientos y leyes que le permitan exigir el cumplimiento de lo dispuesto en la Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así como impulsar desde esa plataforma que en cada estado se otorgue la plena autonomía a las Comisiones de Acceso a la Información Pública (CAIP) y más allá de ello, que se cumplan de manera cabal las disposiciones en las que el ciudadano pueda solicitar de manera libre la información y le sea entregada en tiempo y forma. Que no se vean coartados estos derechos con leyes promulgadas por los Congresos Estatales, hechas a modo para restringir la información o hacerlas inalcanzables con las trabas burocráticas hasta ahora existentes.

El derecho de la información es de todos y no se puede permitir (como se ha hecho hasta hoy) que solo unos cuantos la tengan y que quienes la poseen la brinden a cuenta gotas o bajo condiciones poco éticas……. La transparencia es mostrar que, con que, porque y con quien se hace cada una de las acciones públicas, no solo del gobierno federal, si no de todos los funcionarios y servidores públicos que devengan un sueldo del erario.  

Me despido con una frase que me gusta para compartir con ustedes.

Lo sublime del poder depende de las virtudes de quien lo tenga”