Por Marco A. Márquez.- Se rumora que la detención de la súper líder del magisterio Elba Esther Gordillo, solo fue un escaparate del gobierno de Peña Nieto, para poder establecer las “nuevas” reglas de operación electoral que se avecinan en varios estados, así como ablandar a la oposición en la Cámara Alta y el Congreso de la Unión, para lograr la aprobación de las iniciativas que se han turnado por parte del gobierno federal para lograr un incremento al IVA y aplicarlo también en medicinas y alimentos.
Lo cierto es que el silencio misterioso que guarda el proceso legal que enfrenta la líder vitalicia de los maestros, comienza a ser muy sospechoso ya que para lo que estamos acostumbrados los mexicanos a vivir, no sería nada raro que dentro de tres meses viéramos como Elba Esther Gordillo, sale libre y absuelta de cualquier cargo en su contra, aduciendo un proceso mal llevado por parte de los abogados de la PGR o inconsistencia en las pruebas o un sinfín de pretextos legalmente “validos” para tener como resultado un tema mediático que le permita a Peña Nieto, dejar en claro quien lleva las riendas.
Y me atrevo a mencionar esto ya que tanto los medios de comunicación como las dependencias encargadas del tema han guardado un silencio ensordecedor sobre este tema, más aun cuando después de la detención de Elba Esther, muchos preguntaron que iba a suceder con Romero de Champs, pues si la PGR había detectado un mal uso de los recursos del SENTE era obvio que esas miradas se hubieran desviado un poquito para ver el desfalco que existe en el Sindicato de Petróleos Mexicanos y lo que ha sucedido es que mágicamente un tema de escándalo nacional, hoy en día no se comente para nada.
Como lo dije a inicios de la gestión de Enrique Peña Nieto, el reto verdadero no era llegar a la silla presidencial si no lograr nuevamente la permanencia de un partido acostumbrado a gobernar y para ello una de las principales condicionantes que tiene es cumplir lo que tanto promete, dijo que nadie está por sobre la ley, y hoy vemos cosas muy raras. esperemos que solo quede en el “sospechosismo”.