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DF.- Un prelado del Vaticano, un agente de los Servicios Secretos italianos y un corredor financiero fueron detenidos en Italia por su presunta responsabilidad en los delitos de “fraude” y “corrupción”, informó la Policía Fiscal de ese país.
Portavoces de esa institución, revelaron que los detenidos son el sacerdote Nunzio Scarano, responsable de la contabilidad de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA); Giovanni Maria Zito, agente de los Servicios Secretos italianos, y Giovanni Carenzio, un intermediario financiero.
Los tres sospechosos fueron detenidos por elementos del Núcleo Especial de la Policía Monetaria, mientras que las órdenes de custodia cautelar fueron firmadas por la juez Barbara Callari.
Este caso judicial está relacionado con un acuerdo entre Scarano y Zito para transportar de Suiza a Italia 20 millones de euros en efectivo, utilizando una aeronave. El dinero, al parecer, pertenece al sacerdote, quien contrató a Zito para que lo transportara sin reportarlo a las autoridades. Scarano recompensó a Zito con 560 mil euros por haberle hecho ese servicio.
Ha trascendido que quien manejaba ese dinero en Suiza era el asesor Carenzio, quien hizo las gestiones para sacar el dinero de cuentas bancarias suizas y tenerlo en efectivo para su envío aéreo.
El abogado del sacerdote, Silverio Sica, señaló que éste no es realmente el dueño del dinero, sino unos amigos suyos, quienes se lo habían dado para que lo invirtiera en Suiza y luego le pidieron que lo regresara a Italia.
Sin embargo, todos estos movimientos están siendo investigados por las autoridades financieras, por lo que aún no se aclaran del todo. Por ejemplo, está por verse quiénes son estos “amigos” del clérigo, si es que existen.
Lo cierto es que en la trama está implicado un miembro de la santa sede, Scarano, quien incluso tiene el título de “monseñor”, dignidad eclesiástica que se les otorga a los sacerdotes de mayor mérito.
Pero además resultó implicada la institución vaticana para la que trabajaba, la APSA, encargada de administrar los bienes patrimoniales del Estado Vaticano, que tienen un cuantioso valor porque incluyen palacios, tesoros y muchas obras artísticas.
A Scarano se le dio un cargo en la APSA debido a que era un funcionario bancario antes de que tomara los votos sacerdotales, por lo que tiene amplia experiencia en cuestiones financieras. En Roma muy pronto se le motejó como “Monseñor 500”, ya que solía hacer transacciones en efectivo con billetes de 500 euros.
Ayer mismo, tan pronto se anunció su detención, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, salió al paso aclarando que “Monseñor 500” ya había sido suspendido de su cargo en la APSA desde el mes pasado, “cuando sus superiores supieron que estaba siendo investigado”.
Pero las declaraciones de Lombardi no logran aplacar las sospechas de que algunas instituciones de la santa sede están implicadas en lavado de dinero, particularmente el Banco del Vaticano, que tiene un pasado muy oscuro y actualmente es investigado por la Fiscalía de Roma por estar presuntamente implicado en ese delito.
Apenas el miércoles 26, el papa Francisco creó una comisión especial –integrada por cinco miembros– para que supervisara las actividades del banco. Es el último intento por limpiar la imagen de esa institución.
(Rodrigo Vera/Apro)