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 Por.- Javier Álvarez

A menos de dos meses de concluir las actuales administraciones municipales en el Estado de México, ante la voracidad de presidentes municipales y directores de todas las corporaciones policiacas locales, la mayor parte de los elementos de esos agrupamientos preventivos, aplican la modalidad del "Año de Hidalgo" y se dedican a prácticamente robar a los automovilistas,  transportistas, borrachos de la esquina en fin, jóvenes que caminan tarde de regreso de la escuela, personas que regresan por la noche a sus hogares del trabajo, simplemente a quien pase frente a ellos.

Con cualquier pretexto paran automovilistas, transeúntes, transportistas de todo tipo para prácticamente robarlos, amenazándolos con el reglamento de transito en la mano utilizando el librito al mero estilo de la película ¨la ley de Herodes¨, gozando impunemente del apoyo - para perfeccionar sus arbitrariedades - de los jueces calificadores, encargados de acomodar las presentaciones o puestas a disposición en contra de sus victimas.

No es coherente lo que prometió el gobernador Eruviel Ávila y Salvador Neme quien esta a cargo de la secretaría de seguridad ciudadana – SSC - con los hechos que se están suscitando en todo el Estado de México. No solo él, también la incoherencia llega a los funcionarios que van de salida, no les importa en lo mínimo quebrantar sus promesas de campaña, la pésima imagen que heredaran a las siguientes administraciones, ni denigrar el partido que los llevo al poder, en la mayoría de los casos en este Estado, el PRI, no dejando de lado al PAN.

En una encuesta llevada a cabo por reporteros de www.global-mexico.com  con la ciudadanía de varios municipios y con las versiones recabadas, pudimos llegar a la conclusión que los policías mas rateros son los que están en las zonas conurbadas a la ciudad Capital, como son en primer lugar los que ¨patrullan¨ el Periférico Norte, las vías Gustavo Baz y la López Portillo, así como las avenidas Mario Colín, la de Los Maestros, la López Mateos, en la zona norte-poniente. También quienes operan en la Vía Morelos en Ecatepec, y la avenida Central Hank González, en Nezahualcóyotl, así como la salidas y entradas de la carretera México-Texcoco, las de la carretera México-Puebla, además en las salidas y accesos de la México-Pachuca y la México-Toluca.

De acuerdo con quejas vecinales, los policías más corruptos, son los de Tultitlán, Coacalco, Tlalnepantla, Naucalpan, Atizapán, Cuautitlan Izcalli, Cuautitlán Mex, Huixquilucan y Huehuetoca. También se distinguen por su voracidad los de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Los Reyes La Paz, Texcoco y otros municipios cercanos a la Capital del país.

A pesar que los elementos de seguridad pública no pueden levantar infracciones, intimidan a los ciudadanos con el argumento que participan en operativos coordinados con los elementos de tránsito y amenazan a sus víctimas, con llamar por radio a los de tránsito, para que los remitan a los corralones correspondientes.
Lo hacen, porque saben que los automovilistas y transportistas mexiquenses, desconocen la ley que prohíbe llevar autos y vehículos de presuntos infractores al Reglamento de Tránsito a los corralones – con algunas salvedades, lógicas por cierto -.

Varios de los policías de Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlan Izcalli, Cuautitlan México y Atizapán, entre otros con quienes se tuvo contacto, coinciden en señalar que su hambre se debe al llamado "Año de Hidalgo", porque se avecinan en menos de dos meses cambios en las direcciones de las policías locales y los munícipes y comandantes han incrementado las presiones, para que los policías de todas las corporaciones locales, incrementen el "entre" y obvio ellos felices de acatar las instrucciones.

Sería prudente que el Gobernador del Estado de México, Procurador  y el Secretario de Seguridad Pública se pronunciaran públicamente al respecto, no solo esto, que pusieran un alto a los atropellos de los integrantes de las corporaciones policiacas y jueces calificadores.

Seria interesante ver un operativo con módulos móviles de ministerios públicos en lugares estratégicos que pudieran recabar las denuncias relacionadas con estas violaciones y de esta forma agilizar los trámites legales de denuncia en contra de quienes cometen las arbitrariedades. Por lo menos en lo que resta de las presentes administraciones, lo ideal sería que fueran permanentes.