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InfoGlabal-Mex. “¡Soy del campo, aquí está mi IFE!”, irrumpió Isidro Mendoza Hernández, un campesino de San Andrés Daboxtha del Cardonal, Hidalgo en plena conferencia de prensa de Martí Batres, presidente del Consejo Nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con los medios de comunicación nacionales. La cita con el dirigente llevaba 40 minutos, eras las 11:40 de la mañana y Batres daba su postura sobre la “Cruzada contra el Hambre” del presidente Enrique Peña Nieto.
Que esta estrategia es opaca y sólo es un anuncio publicitario hueco. Que no precisa las líneas específicas de acción de la iniciativa ni el tipo de apoyo ni las metas. Tampoco queda claro el criterio que se utilizó para elegir a los 400 municipios que incluye la cruzada, debido a que son más de 800 los que se encuentran en pobreza extrema y con hambre.
En eso estaba, cuando Isidro ingresó al patio central del edificio ubicado en Santa Anita número 50 en la colonia Viaducto Piedad y se unió al grupo de unos 20 reporteros y camarógrafos, mientras Martí Batres y cuatro secretarios más del Consejo presidían la sesión. Isidro, de un metro y 56 centímetros aproximadamente, moreno, delgado, no se presentó ataviado como un campesino normal.
Llevaba un blazer desteñido color caqui, una camisa desgastada de cuadros claros, un pantalón negro, unos zapatos empolvados y a la espalda una mochila avejentada. Su cara y sus manos sí eran las de un hombre de campo.
Cuando Martí habló del hambre y de los municipios pobres, dejó escapar un grito contundente y emocionado, como si se tratase de un mitin donde hay que gritar, aplaudir, pedir la palabra. “¡Soy del campo, aquí está mi IFE!” Exclamó y Martí Batres le dijo “permítanos tantito compañero, estamos con los medios de comunicación en este momento y después por supuesto que lo atendemos”, para seguir inmediatamente con su discurso sobre el hambre.
Isidro se quedó parado durante 15 minutos y mantuvo la mirada fija hacia los secretarios de Morena mientras hablaban hasta concluir la conferencia. Cuando Batres concluyó el evento, el campesino fue el único que aplaudió, luego, sus ojos, lo siguieron fijamente hasta que se acercó un poco. Isidro se plantó frente a él con la credencial de elector en mano. Martí Batres lo miró y le dio una palmadita en el hombro y le dijo: “ahorita compañero”, después se siguió de largo rumbo a su oficina. El campesino le siguió de nuevo con los ojos. Martí se perdió de su vista. Isidro contó su historia.
“Quiero que me asesoren” Isidro no es un campesino cualquiera, es un pequeño productor de miel de maguey. Al mes produce media tonelada en los campos de Hidalgo y viaja hasta la Ciudad de México para venderla por las calles de la ciudad. Se pone en los mercados, donde puede, con su miel de maguey.
Esta actividad fue el motivo de su presencia en la sede de Morena. “Vine por asesoría, quiero que me ayuden, que me contacten con algún empresario que quiera invertir en el campo, porque las ayudas del gobierno nomás no”, dijo. Se acercó a Martí Batres, porque él es el presidente de Morena y sobre la credencial, sólo señaló que no sabía si se afiliaría para que lo ayudaran, porque hasta el momento, no pertenece a ningún partido.
Luego, recordó que en 2006, le regaló miel de maguey en un mitin en Querétaro a Andrés Manuel López Obrador. “Él prometió ayudarme, lo busqué, pero es difícil. Ahorita Batres es el presidente de Morena, a ver si nos ayuda porque los campesinos estamos bien atorados”.