Asaltantes con arma de fuego y navajas en mano despojaron de sus pertenencias a pasajeros de la línea tipo futura arrebatándoles celulares, joyas, dinero y lo que tuvieron a su alcance afortunadamente pudieron aprehender a uno de los ampones
Mujeres, hombres y hasta algunos menores de edad fueron presas fáciles de los maleantes que, a decir de algunas víctimas, extrañamente no fueron revisados en la parada frente al Centro de Salud de la ciudad de los satélites, al abordar el autobús.
El vehículo de transporte foráneo, de primera clase, propiedad de la empresa Estrella Blanca, salió de Tulancingo con destino al Distrito Federal y en territorio del Estado de México se perpetró el asalto.
Aunque los viajeros, después de ser literalmente desvalijados, pudieron retener a uno de los bandidos que se tardó en escapar y lo entregaron a oficiales de la Policía Federal, se quedaron sin sus valores.
"Nos dijeron que el detenido es menor de edad y los agentes nos confrontaron con él sin ningún tipo de seguridad para nosotros; ahora tenemos miedo de alguna represalia", manifestó un comerciante al que le hurtaron más de cinco mil pesos.
De acuerdo con testimonios de varios pasajeros, el Futura salió de la Central de Autobuses de Tulancingo a las 12:15 horas y, como de costumbre, realizó dos paradas más, antes de enfilar hacia su destino final.
En la base conocida como del Seguro Social, comentaron los viajeros, se subieron cuatro de los hampones que llevaban las armas blancas en una bolsa de papas fritas y en un bote de jugo.
Los pasajeros aseguraron que la mujer que revisa con un detector de metales no hizo su trabajo con los maleantes e incluso habló muy familiarizada con uno que fue el último en subir en ese sitio.
Enseguida llegaron a la otra base, frente a la tienda La Preferida, donde otras personas abordaron el Futura y comenzaron el viaje hacia la Ciudad de México.
Entre los límites de Hidalgo y el Estado de México, sobre la carretera federal México-Tuxpan, los cuatro maleantes se levantaron de sus asientos y, a la voz de "Esto en un asalto", empezaron a someter a los pasajeros.
Uno de los hampones amenazó al chofer y lo obligó a detener su marcha en un lugar despoblado a efecto de que subiera el quinto cómplice, éste con pistola en mano.
En cuestión de minutos, los facinerosos se apoderaron de dinero, joyas, relojes, celulares y otros valores de sus indefensas víctimas, algunas de las cuales fueron obligadas hasta quitarse los zapatos.
Cerca de llegar a la caseta de cobro en Ecatepec, Estado de México, los malhechores terminaron de desvalijar a los casi veinte pasajeros y le ordenaron al chofer que detuviera su marcha para que escaparan.
VIAJEROS RETIENEN A UNO DE LOS ASALTANTES
Cuatro de los bandidos se apresuraron a fugarse y el quinto tardó en hacerlo, propiciando que algunos pasajeros se armaran de valor y fueran tras él para detenerlo.