Maria Del Rosario Romero
Un niño de dos años perdió la vida jugando en el interior de una tienda. Le cayó encima una vitrina y el vidrio se rompió, atravesando un trozo su corazón.
Por increíble que parezca, Jesús Ortiz Castillo, vecino de El Calvario, no tuvo oportunidad de salvarse, aunque serán las autoridades del Ministerio Público quienes determinen cómo sucedió el fatal accidente.
La noche del sábado, el niño estaba jugando en un negocio de su misma comunidad.
No se conocieron más detalles de la forma en que están distribuidos anaqueles y exhibidores, dueño del negocio y la razón de permitir que un giro comercial sea un espacio de diversión.
De alguna manera, la fuerza de Jesús fue suficiente para derribar una vitrina con vidrios.
Al caerle encima los vidrios, se fragmentaron en pedazos y para desfortuna del infante, un pedazo perforó su pecho y en el corazón quedó.
Ahí los médicos no pudieron hacer mucho por salvarlo, falleció en la clínica pública.
Al sitio se trasladaron los representantes sociales para realizar las diligencias de ley.
Eran las 19:30 horas cuando la Cruz Roja dio aviso a la Coordinación de Seguridad Estatal, Delegación Zimapán.