Sadit Gonzales
Elementos de la Coordinación de Investigación esclarecieron el plagio de una joven, de 17 años, y capturaron a uno de los dos probables responsables, su padrastro.
Adrián Cruz Chávez y un cómplice, según identificado como "Diego", planearon y ejecutaron el secuestro de Maailyn Valeria Cruz García, tratando de obtener dos millones de pesos como pago de rescate.
El cambio de actitud del indiciado con su esposa, además del oportunismo de una vecina, finalmente llevaron a su captura y encarcelamiento, detalló la Coordinación de Investigación.
Sobre este caso, se informó que los agentes del Grupo I recibieron aviso del despachador del Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C-4) de que Adrián Cruz Chávez, de 38 años, con domicilio en la calle Nivel 301, 308, colonia Real de la Plata, en Pachuca, solicitó apoyo al servicio de emergencia 066, por el presunto secuestro de su hijastra.
Manifestó que en el transcurso de la mañana del lunes 10 del presente mes, llevó al gimnasio a su pareja sentimental Julia García Romero, de 41 años, madre de la afectada, y cuando regresaba a su domicilio recibió una llamada telefónica diciéndole que tenían secuestrada a su hijastra.
Según indicó, entró a las habitaciones y se percató que Maailyn Valeria no estaba en su cama e incluso faltaban las cobijas.
Al tomar intervención, los agentes investigadores acudieron a la colonia Real de la Plata a entrevistar a Julia García Romero, quien les refirió que, el domingo 9 del mes en curso, discutió con su esposo, percibiéndolo con una actitud rara, pues después quiso ser muy detallista con ella y nunca es así.
Mencionó que el lunes despertó a las 08:35 horas, tarde para salir a correr como acostumbra diariamente, por lo cual optó por quedarse en cama; sin embargo, su pareja le insistió en que cumpliera su rutina y luego pasaría por ella al gimnasio.
Salió de su domicilio a las 08:50 horas; una hora más tarde, Adrián llegó por ella al gimnasio localizado en la colonia Juan C. Doria, pero extrañamente le comentó que la esperaba abajo, ya que acababa de recibir una llamada.
Al reunirse, el sujeto le soltó: "A tu hija la sacaron de la casa esos hijos de la chi...", por lo cual se fueron corriendo y corroboraron que en su vivienda no estaba su hija.
La reacción de Julia fue reclamarle a Adrián. "Todo fue por tu culpa", ya que él le insistió que fuera a correr, dejando sola a su menor hija.
Alarmada, la mujer, de forma inmediata, le llamó por teléfono a Raúl Chávez Trejo, padre biológico de la menor, a fin de informarle sobre el secuestro de su hija.
Raúl le manifestó a Julia que se trasladara a la Procuraduría a efecto de iniciar la demanda correspondiente, porque tenía que hacer las cosas bien, que no tuviera miedo.
Entonces la mujer le pidió a Adrián que la acompañara a interponer la denuncia, pero éste, en lugar de apoyarla, trató de asustarla, diciéndole que ya le habían hablado los secuestradores, preguntándole varias veces que si no quería a su hija, pues los tenían vigilados y si veían que intervenía la Policía, matarían a Valeria.
Del mismo modo, la entrevistada exteriorizó que la cerradura de la puerta principal no estaba forzada, además de que en el interior de su casa todo estaba normal.
Ratificó que desde hace tiempo su esposo se comportaba de manera extraña, que cada vez que le hablaban por teléfono se salía para que no escuchara sus conversaciones. Además, no trabajaba y siempre traía dinero; aunque en varias ocasiones le preguntó acerca de ello, él le expresó que había realizado la venta de una casa.
Alarmada por la desaparición de su hija, la mujer salió a preguntarles a los habitantes de las viviendas contiguas si vieron algo raro o quién se la llevó.
Una de sus vecinas le dijo que se percató cuando metieron a su cochera un auto blanco, tipo Tsuru, y que su marido antes efectuó una llamada en la calle, pero que no se le hizo raro, porque en diferentes ocasiones lo vio a bordo de ese vehículo.
Con la versión de la vecina, Julia tuvo mayores sospechas del proceder de su esposo José Adrián Cruz Chávez y solicitó a los agentes que lo investigaran.
Inicialmente, el sujeto manifestó que recibió una llamada del número 5533020000, donde le precisaron que tenían secuestrada a su hija y no diera parte a la Policía, ya que de hacerlo la matarían, así que les contestó que no le hicieran daño y le colgaron.
Los efectivos policiacos intensificaron el interrogatorio. Adrián cayó en diversas contradicciones, terminando por aceptar que fue autor intelectual y material del plagio, en complicidad con quien según sólo conoce como "Diego", a quien contactaba vía telefónica.
De la misma manera, agregó que planearon el secuestro desde hace un mes, aproximadamente, y el día de los hechos llegó a su domicilio su cómplice, permitiéndole la entrada hasta la habitación de la joven a propósito de que la amarrara y se la llevara en el taxi en que trabaja como chofer.
Luego de que sometieron a la menor, admitió, ayudó a su cómplice a subirla al Nissan tipo Tsuru, aparte de vigilar que nadie se diera cuenta que la metieron en la cajuela.
La Coordinación de Investigación dio a conocer que, posteriormente, el sujeto identificado como "Diego" le llamó al papá de la menor, Raúl Chávez, a fin de exigirle dos millones de pesos por respetar la integridad y dejar en libertad a su hija.
El plagiario le reiteró que si quería saber más de su hija, lo llevaría al lugar donde la tenían, rumbo a Ciudad Sahún, en el fraccionamiento Xochihuacán, perteneciente al municipio de Epazoyucan.
Por ello, los agentes de Investigación se trasladaron al lugar en mención, donde lograron rescatar a la menor secuestrada, a quien hallaron atada de pies y manos con cinta industrial color gris, procediendo a liberarla y la trasladarla a las oficinas de la Coordinación de Investigación.
Maailyn reveló que el lunes llevó a su hermano a la preparatoria localizada en el fraccionamiento Juan C. Doria y regresó a su domicilio a dormir nuevamente. Despertó porque escuchó ruidos y vio a un sujeto delgado con una sudadera negra, pantalón de mezclilla azul oscuro y con la cara cubierta.
El individuo le ordenó que no abriera la boca, porque, de lo contrario, le pasaría algo a su hermano Óscar. Al obedecerlo, le introdujo un calcetín y le puso cinta gris. Asimismo, la obligó a cerrar los ojos y le colocó una bolsa de nylon en la cabeza; por último, la ató de manos y pies con cinta gris.
La bajó cargando a la sala, donde habló por teléfono y citó: "Ya está, trae el carro". Después la volvió a cargar y la encajueló, ordenándole no gritar ni patalear..
La joven narró que como el vehículo traía el radio encendido, escuchó que eran las 10 horas. Calcula que circularon aproximadamente 20 ó 25 minutos, hasta que el mismo sujeto la metió a una casa vacía. La dejó en el suelo y le desprendió la cinta de la boca, sacándole el calcetín; luego le desató las manos.
También le dio su teléfono celular para que le llamara a su padre biológico, pero no pudo comunicarse porque en el lugar no había cobertura, así que el indiciado le quitó el teléfono y le tomó una fotografía, pero después le volvió a poner el calcetín en la boca, la amordazó con cinta y le ató las manos, además de cubrirle la cabeza con una bolsa.
En seguida la acostó en el suelo, exteriorizándole que no le iba a pasar nada, que no era violador, que sólo mataba personas, pero que si obedecía y pagaban por su rescate no le sucedería nada.
También el hampón le indicó que más tarde llegaría una persona para darle de comer, al tiempo que la asustó con que pondría granadas en la puerta y en las ventanas con objeto de evitar que escapara. Además, le advirtió que afuera estaba una persona para vigilarla y si intentaba huir la orden era dispararle.
Sin embargo, cuando arribó al lugar la Policía no encontraron a nadie vigilando la casa y tampoco las granadas. El rescate de la Maailyn fue "limpio".
Finalmente, se informó que por las declaraciones del inculpado y el señalamiento de las mujeres, el presunto responsable fue puesto a disposición del agente del Ministerio Público para que enfrente el proceso que corresponde y de esa manera se determine su situación jurídica.
Adrián Cruz Chávez y un cómplice, según identificado como "Diego", planearon y ejecutaron el secuestro de Maailyn Valeria Cruz García, tratando de obtener dos millones de pesos como pago de rescate.
El cambio de actitud del indiciado con su esposa, además del oportunismo de una vecina, finalmente llevaron a su captura y encarcelamiento, detalló la Coordinación de Investigación.
Sobre este caso, se informó que los agentes del Grupo I recibieron aviso del despachador del Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C-4) de que Adrián Cruz Chávez, de 38 años, con domicilio en la calle Nivel 301, 308, colonia Real de la Plata, en Pachuca, solicitó apoyo al servicio de emergencia 066, por el presunto secuestro de su hijastra.
Manifestó que en el transcurso de la mañana del lunes 10 del presente mes, llevó al gimnasio a su pareja sentimental Julia García Romero, de 41 años, madre de la afectada, y cuando regresaba a su domicilio recibió una llamada telefónica diciéndole que tenían secuestrada a su hijastra.
Según indicó, entró a las habitaciones y se percató que Maailyn Valeria no estaba en su cama e incluso faltaban las cobijas.
Al tomar intervención, los agentes investigadores acudieron a la colonia Real de la Plata a entrevistar a Julia García Romero, quien les refirió que, el domingo 9 del mes en curso, discutió con su esposo, percibiéndolo con una actitud rara, pues después quiso ser muy detallista con ella y nunca es así.
Mencionó que el lunes despertó a las 08:35 horas, tarde para salir a correr como acostumbra diariamente, por lo cual optó por quedarse en cama; sin embargo, su pareja le insistió en que cumpliera su rutina y luego pasaría por ella al gimnasio.
Salió de su domicilio a las 08:50 horas; una hora más tarde, Adrián llegó por ella al gimnasio localizado en la colonia Juan C. Doria, pero extrañamente le comentó que la esperaba abajo, ya que acababa de recibir una llamada.
Al reunirse, el sujeto le soltó: "A tu hija la sacaron de la casa esos hijos de la chi...", por lo cual se fueron corriendo y corroboraron que en su vivienda no estaba su hija.
La reacción de Julia fue reclamarle a Adrián. "Todo fue por tu culpa", ya que él le insistió que fuera a correr, dejando sola a su menor hija.
Alarmada, la mujer, de forma inmediata, le llamó por teléfono a Raúl Chávez Trejo, padre biológico de la menor, a fin de informarle sobre el secuestro de su hija.
Raúl le manifestó a Julia que se trasladara a la Procuraduría a efecto de iniciar la demanda correspondiente, porque tenía que hacer las cosas bien, que no tuviera miedo.
Entonces la mujer le pidió a Adrián que la acompañara a interponer la denuncia, pero éste, en lugar de apoyarla, trató de asustarla, diciéndole que ya le habían hablado los secuestradores, preguntándole varias veces que si no quería a su hija, pues los tenían vigilados y si veían que intervenía la Policía, matarían a Valeria.
Del mismo modo, la entrevistada exteriorizó que la cerradura de la puerta principal no estaba forzada, además de que en el interior de su casa todo estaba normal.
Ratificó que desde hace tiempo su esposo se comportaba de manera extraña, que cada vez que le hablaban por teléfono se salía para que no escuchara sus conversaciones. Además, no trabajaba y siempre traía dinero; aunque en varias ocasiones le preguntó acerca de ello, él le expresó que había realizado la venta de una casa.
Alarmada por la desaparición de su hija, la mujer salió a preguntarles a los habitantes de las viviendas contiguas si vieron algo raro o quién se la llevó.
Una de sus vecinas le dijo que se percató cuando metieron a su cochera un auto blanco, tipo Tsuru, y que su marido antes efectuó una llamada en la calle, pero que no se le hizo raro, porque en diferentes ocasiones lo vio a bordo de ese vehículo.
Con la versión de la vecina, Julia tuvo mayores sospechas del proceder de su esposo José Adrián Cruz Chávez y solicitó a los agentes que lo investigaran.
Inicialmente, el sujeto manifestó que recibió una llamada del número 5533020000, donde le precisaron que tenían secuestrada a su hija y no diera parte a la Policía, ya que de hacerlo la matarían, así que les contestó que no le hicieran daño y le colgaron.
Los efectivos policiacos intensificaron el interrogatorio. Adrián cayó en diversas contradicciones, terminando por aceptar que fue autor intelectual y material del plagio, en complicidad con quien según sólo conoce como "Diego", a quien contactaba vía telefónica.
De la misma manera, agregó que planearon el secuestro desde hace un mes, aproximadamente, y el día de los hechos llegó a su domicilio su cómplice, permitiéndole la entrada hasta la habitación de la joven a propósito de que la amarrara y se la llevara en el taxi en que trabaja como chofer.
Luego de que sometieron a la menor, admitió, ayudó a su cómplice a subirla al Nissan tipo Tsuru, aparte de vigilar que nadie se diera cuenta que la metieron en la cajuela.
La Coordinación de Investigación dio a conocer que, posteriormente, el sujeto identificado como "Diego" le llamó al papá de la menor, Raúl Chávez, a fin de exigirle dos millones de pesos por respetar la integridad y dejar en libertad a su hija.
El plagiario le reiteró que si quería saber más de su hija, lo llevaría al lugar donde la tenían, rumbo a Ciudad Sahún, en el fraccionamiento Xochihuacán, perteneciente al municipio de Epazoyucan.
Por ello, los agentes de Investigación se trasladaron al lugar en mención, donde lograron rescatar a la menor secuestrada, a quien hallaron atada de pies y manos con cinta industrial color gris, procediendo a liberarla y la trasladarla a las oficinas de la Coordinación de Investigación.
Maailyn reveló que el lunes llevó a su hermano a la preparatoria localizada en el fraccionamiento Juan C. Doria y regresó a su domicilio a dormir nuevamente. Despertó porque escuchó ruidos y vio a un sujeto delgado con una sudadera negra, pantalón de mezclilla azul oscuro y con la cara cubierta.
El individuo le ordenó que no abriera la boca, porque, de lo contrario, le pasaría algo a su hermano Óscar. Al obedecerlo, le introdujo un calcetín y le puso cinta gris. Asimismo, la obligó a cerrar los ojos y le colocó una bolsa de nylon en la cabeza; por último, la ató de manos y pies con cinta gris.
La bajó cargando a la sala, donde habló por teléfono y citó: "Ya está, trae el carro". Después la volvió a cargar y la encajueló, ordenándole no gritar ni patalear..
La joven narró que como el vehículo traía el radio encendido, escuchó que eran las 10 horas. Calcula que circularon aproximadamente 20 ó 25 minutos, hasta que el mismo sujeto la metió a una casa vacía. La dejó en el suelo y le desprendió la cinta de la boca, sacándole el calcetín; luego le desató las manos.
También le dio su teléfono celular para que le llamara a su padre biológico, pero no pudo comunicarse porque en el lugar no había cobertura, así que el indiciado le quitó el teléfono y le tomó una fotografía, pero después le volvió a poner el calcetín en la boca, la amordazó con cinta y le ató las manos, además de cubrirle la cabeza con una bolsa.
En seguida la acostó en el suelo, exteriorizándole que no le iba a pasar nada, que no era violador, que sólo mataba personas, pero que si obedecía y pagaban por su rescate no le sucedería nada.
También el hampón le indicó que más tarde llegaría una persona para darle de comer, al tiempo que la asustó con que pondría granadas en la puerta y en las ventanas con objeto de evitar que escapara. Además, le advirtió que afuera estaba una persona para vigilarla y si intentaba huir la orden era dispararle.
Sin embargo, cuando arribó al lugar la Policía no encontraron a nadie vigilando la casa y tampoco las granadas. El rescate de la Maailyn fue "limpio".
Finalmente, se informó que por las declaraciones del inculpado y el señalamiento de las mujeres, el presunto responsable fue puesto a disposición del agente del Ministerio Público para que enfrente el proceso que corresponde y de esa manera se determine su situación jurídica.