AGORA.

Con cada vez más frecuencia, Los Zetas utilizan mujeres, no sólo sicarios, declararon analistas de seguridad y funcionarios gubernamentales para transportar dinero y drogas, sino para servir en posiciones de liderazgo e incluso para trabajar como según indicaron los analistas, decenas, quizá hasta cientos de mujeres trabajan para Los Zetas. La mayoría está involucrada en el transporte de las drogas a través de la frontera hacia EE. UU., o de dinero hacia México.

No obstante, algunas son asesinas entrenadas.

Los Zetas “tienen una nueva sección criminal, integrada por mujeres”,  un exmiembro del cártel integrante del programa de protección a testigos. El hombre, identificado como el “Pitufo”, dijo que Los Zetas tienen un equipo de mujeres denominadas “Las Panteras”.


Las Panteras están asignadas a hacer los primeros contactos con la gente con la que los Zetas desean negociar, como autoridades o miembros de cárteles rivales, declaró el Pitufo; pero también se les asignan tareas más peligrosas, dijo:

“Estas mujeres están entrenadas para matar”, puntualizó.

“La Pato” acusada de dirigir una célula de los Zetas

El 24 de marzo, la fuerza civil del estado de Nuevo León, arrestó en Monterrey a una mujer de Los Zeta quien presuntamente asesinaba para el cártel.

Rosa Nelly Rodríguez Martínez, de 30 años conocida como “La Pato”, presuntamente dirige una célula de Los Zetas que vende drogas y asesina en Monterrey, declaró la policía. Está acusada de asesinar a cinco jóvenes por ser “chapulines”, es decir, por tratar de abandonar el grupo delictivo, dijeron las autoridades.

La Pato admitió dirigir una célula de Los Zetas que vende drogas al menos a 30 pequeñas tiendas de narcomenudeo, señalaron las autoridades. Fue arrestada con otros cuatro presuntos miembros de la célula; una de las otras sospechosas es su hermana, Ana Rodríguez Martínez, de 31 años, conocida como “La Güera”. Los otros tres sospechosos son hombres. La policía les decomisó a los cinco sospechosos: un rifle de asalto AK-47, seis cargadores de municiones, 35 gramos de marihuana y 150 pastillas psicotrópicas, según las autoridades.

La Pato trabajó como oficial de policía en Monterrey de 2002 a 2008; solicitó licencia por maternidad y fue despedida al no reintegrarse a trabajar, señaló Jorge Domene Zambrano, vocero de la procuraduría en Nuevo León.

Rodríguez Martínez manejaba el tráfico de drogas para Los Zetas al norte y oeste de Monterrey, dijeron las autoridades.

Las mujeres de Los Zetas

Todas las organizaciones delictivas transnacionales tienen mujeres entre sus miembros, señalan los analistas de seguridad. Por ejemplo, Sandra Ávila Beltrán, conocida como “La Reina del Pacífico”, es una presunta cabecilla del cártel de Sinaloa. La Reina está en una prisión federal, en espera del juicio por los cargos de lavado de dinero y otros delitos.

Sin embargo, Los Zetas tienen más miembros mujeres que ningún otro grupo de delincuencia organizada, señalaron los analistas de seguridad y las autoridades. Por lo menos el 25 por ciento de los miembros de las células de Los Zetas disgregadas por los arrestos en los primeros meses de 2011 eran mujeres, según estimaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

Las mujeres vinculadas con Los Zetas están acusadas de una amplia gama de delitos:

• Nancy Quintanar Manríquez, conocida como “La Flaca”, fue detenida en octubre de 2011 en Ecatepec por su presunta participación en al menos una decena de homicidios. Su función consistía en ir a los bares, encontrar miembros de los cárteles rivales e identificarlos para los sicarios, señalaron las autoridades.

• Carmen del Consuelo Sáenz, alias “Claudia”, también detenida en octubre de 2011. Está acusada de supervisar las finanzas de Los Zetas al sur de México. Sus tareas incluían el pago a los miembros del cártel y los sobornos a los funcionarios públicos, dijeron las autoridades.

• Mireya Moreno Carreón, también conocida como “la Flaca”, detenida el 11 de septiembre en Nuevo León; se la acusa de dirigir el narcotráfico para el cártel en la ciudad de San Nicolás de los Garza, cerca de Monterrey.

• María Celeste fue arrestada en junio de 2011, después de un feroz tiroteo entre Los Zetas y la policía estatal de Jalisco, en Guadalajara. “Soy sicaria al servicio de Los Zetas”, dijo a los reporteros en conferencia de prensa. María, de 16 años en ese momento, dijo que la habían entrenado en el uso de rifles de asalto AK-47 y AR-15, así como de otras armas de fuego. Otros nueve miembros del cártel fueron detenidos y seis murieron en el tiroteo.

Según Jorge Chabat, investigador del Centro de Investigación y Educación Económica (CIDE), cada vez más mujeres participan del crimen organizado, y ahora sus roles están cambiando.

“El narcotráfico no es exclusivamente para hombres”, señaló Chabat. “Las mujeres participan ahora directamente en los crímenes y también asumen (roles de liderazgo)”. Las mujeres trabajan como jefas de plaza, administradoras, mediadoras y sicarias, administradoras y enlace, señaló Chabat.

Las estadísticas gubernamentales muestran que el número de mujeres en prisión se ha incrementado significativamente en los últimos años. Desde diciembre de 2006 cuando el presidente Calderón envió al ejército tras Los Zetas y otras organizaciones delictivas internacionales, más de 10 mil mujeres han sido detenidas, dijeron las autoridades.

Las mujeres han sido acusadas de una amplia gama de delitos, incluyendo homicidio, delincuencia organizada, tráfico de armas, narcotráfico, lavado de dinero y trata de personas.

En el año 2006, las mujeres representaban el tres por ciento de la población de las prisiones federales. Hoy en día, las mujeres constituyen aproximadamente el 5 por ciento de las 221 mil personas bajo custodia federal, según estimaciones oficiales.

Recientemente, el Centro de Organizaciones Campesinas y Populares, manifestó que cerca de 200 mil mujeres mexicanas trabajan ya sea directa o indirectamente para los grupos de delincuencia organizada. Alrededor de siete de cada 10 mujeres de la zona norte del país están vinculadas con la delincuencia organizada o se benefician monetariamente del narcotráfico, señaló esta organización.

Las mujeres se unen a las organizaciones delictivas principalmente por dinero, dijo Chabat. También se sienten atraídas por lo que piensan que es un estilo de vida glamoroso y emocionante, a pesar del riesgo de morir o de ser arrestadas, señaló.

Los sueldos para las jóvenes sicarias van desde $305 dólares a la semana por defender el territorio del cártel o cuidarlo de las autoridades, hasta $1.525 dólares semanales por matar a miembros de bandas rivales o a agentes del orden.

Dentro de los cárteles, las mujeres son vistas ahora como capaces de cometer actos de violencia, dijo José Luis Piñero, analista en seguridad nacional de la Universidad Autónoma de México (UAM).

“No podemos descartar ni ignorar el aumento de la participación de las mujeres en los cárteles, con el tiempo se convertirán en sus líderes", dijo Piñero.