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Foto: Notimex

Por Emmanuel Ameth

La iniciativa que en México el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mandó al Senado en materia administrativa, específicamente para que la Secretaría de Seguridad Pública forme parte de la de Gobernación, es una propuesta de miedo; tanto por las atribuciones que pretende darle pero sobre todo, por los personajes que busca le encabecen.

Da miedo que la Secretaría de Gobernación sea responsable de la política de seguridad en un gobierno priísta porque se sabe de sus excesos y del uso que pueden darle a la misma. Siempre condujeron esta Secretaría bajo ese tenor: como la responsable de la política y seguridad interior además de sostener relaciones con los distintos niveles de gobierno y sus actores. En otras palabras, pretenden que el titular de dicha dependencia lave toda la ropa sucia a su entero albedrío mientras que el presidente lo hace en materia exterior y así continuar catapultando la imagen de Enrique Peña Nieto en el extranjero.

Para nadie es secreto que detrás de esta iniciativa, están dos exgobernadores hidalguenses: Osorio Chong y Murillo Karam. Esta es la parte más tenebrosa del asunto debido a sus propios antecedentes.

Cuando Miguel Osorio Chong estuvo al frente del estado mexicano de Hidalgo y se disputaban los comicios de renovación del ejecutivo estatal, la balanza la inclinó en todo momento a favor de su candidato. Incluso, cuando las preferencias se tambaleaban a favor de la candidata opositora Xóchitl Gálvez fue capaz de ordenar, bajo pretexto de una supuesta ‘denuncia anónima’, un cateo a la casa de operaciones de ésta el mismo día que se celebraron las elecciones, confiscando equipo y diversos materiales clave para la movilización de sus estructuras. Osorio Chong no tiene inconveniente en ocupar las instituciones de seguridad cuando de política se trata.

Su antecedente como responsable de gobernación tampoco es positivo. Fortaleció a los Antorchistas con la intención de que posteriormente fuera apreciado como buen mediador. El saldo personal de esta acción fue positiva siempre que fue abanderado como sucesor natural del mandatario estatal en turno aunque, en materia social, dicho movimiento sigue sin control y provocando dolores de cabeza en la capital hidalguense.

Murillo Karam fortaleció su grupo político en Hidalgo convirtiéndose, a la fecha, en el principal 'mandamás' en materia política y brindándoles poder económico para ello. Pero, al igual que Osorio Chong, gobernó con terror hacia los opositores. Fueron muchas las desapariciones de luchadores sociales y líderes regionales de otros partidos durante su mandato.

La Secretaría de Gobernación (SEGOB) de la mano de Osorio Chong y la Procuraduría General de la República (PGR) de la de Murillo Karam no sólo es un mensaje de protección para los negocios priístas, sino que también es una advertencia para la oposición al estilo las Mil y Una Noches: dejen trabajar a Peña Nieto y sus 40 colaboradores.

Tengo miedo, miedo por la poca democracia que aún hay en México.

Fuente: www.losangelespress.org