No acostumbro a escribir este tipo de artículos, por que me gusta decirlo frente a quien sea, pero en esta ocasión se me dio la gana, con el respeto que merecen mis compañeros, y principalmente mis Carnalitos, los que de verdad son reporteros y periodistas, no a  los miedoso  y  vendidos que traicionan  al colega.

Ricardo Marín A.-

“Seguimos informando ” es un título amenazante, de advertencia, de rotundidad  y  sobre todo de compromiso de todos aquellos “metaleros” del reporterismo, de culo inquieto y mochila presta para salir hacia el primer conflicto que se nos ponga a tiro, y nunca mejor dicho.


“Seguimos informando” es una llamada reivindicativa de la crónica pura y dura, transmitida desde la trinchera, en la línea del frente, una dietario que si se pudiera transmitiría además la adrenalina del momento, el polvo del lugar, el sudor de aquel que lo cuenta, el sonido de las armas y el grito de quienes componen la imagen del horror. Víctimas, verdugos y periodistas.

Periodistas venidos de fuera para contar guerras que no son suyas, metaleros con la cartera llena de vocación y vacía de dinero. Freelance valientes, profesionales, mordaces, irónicos y curtidos que se descojonan de los “madelman” con chaleco antibalas a medida y kevlar a juego, freelance de pata negra que no dejan de beber de la experiencia de aquellos que nos han dejado paso, los Ramón Lobo, Enrique Meneses, Gervasio Sánchez, Arturo Pérez-Reverte, Joserra Plaza, Diana Jiménez, Odilón Larios, Adriana Rosas, Cristian Muñoz,  El Grupo de Los Trece,  etc, sin olvidar nunca que otros nos cedieron el puesto sin quererlo como Julio Anguita Parrado, Ricardo Ortega o Javier Couso.


“Seguimos informando” no es algo nuevo, son historias de reporteros, de esas que piden que cuentes cuando estás tomando una caña y lo único que pretendes es olvidar. Lo que lo hace diferente son los protagonistas, los escenarios, y la dificultad máxima a la que nos enfrentamos los reporteros freelance en una España en la que siempre ha sido complicado vender historias, y en la que ahora es sencillamente imposible.

Antonio Pampliega, Zigor Aldama, Mikel Ayestarán, Martín Aldalur, Alberto Arce…son algunos de los que prestan su voz a la tecla de Xabier Iglesias, quien supongo que harto de vernos jurar en hebreo día sí y día también por las redes sociales, ha decidido aglutinar varias reivindicaciones en un sólo volumen, ordenado y preciso, para que nadie tenga dificultad en leerlo y entenderlo, especialmente aquellos que ven la guerra desde los despachos y a los periodistas como números con los que hacer caja, aquellos que deciden si abrir la portada del diario con los montes nevados en Somosierra o con una matanza en Costa de Marfil reporteada por un profesional español que lleva apostado allí semanas esperando a la crónica o la foto de su vida, mientras ve como los emails que envía a los medios de su país ni siquiera le son contestados.


Es lo que tiene que los medios de comunicación sean gestionados por empresarios que llegan a las directivas de los impresos, radiofónicos y televisivos en vez de verdaderos profesionales del periodismo… afortunadamente son pocos y cobardes, puesto que nunca dan la cara salvo para conceder o concederse méritos. Lo bueno de andar por las guerras es que nunca te toparás con éstos tipos en un campo de refugiados o en una ofensiva rebelde, aunque a veces deseas que se den una vuelta para que vean el significado de la palabra trabajar.

“Seguimos informando” habla de nosotros, de los freelance, de los que nos vamos de vacaciones a Sudán por si hay material que fotear o teclear, habla de los que sentimos y vivimos el periodismo, de los que no sabemos hacer otra cosa, de los que somos bienvenidos en cualquier medio extranjero que compara nuestra labor con la de los grandes del oficio, habla de los contadores de historias, y de como cualquier atisbo de profesionalidad es noqueado y maltratado por aquellos que tienen que coger un vaso para trazar la “O” de “NO NOS INTERESA” .
A pesar de ello, Seguimos informando.