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Un resultado de dos internos lesionados y seis internos segregados fue el saldo que dejó la riña que se registró el pasado viernes por la tarde en el penal de Izúcar de Matamoros, riña en la que las autoridades penitenciarias de ese CERESO (Centro de Readaptación Social) se vieron rebasadas y no intervinieron.

 

Para el colmo, el director del penal, Héctor Enrique Ramírez Gordillo, acudió hasta cuatro horas después del suceso y borracho, porque se encontraba en una fiesta personal cuando se registró el zafarrancho en el penal que debía estar vigilando.

 

Todo comenzó alrededor de las 18:15 horas del viernes pasado cuando, de acuerdo con fuentes cercanas al CERESO, Iván Salazar Morales, uno de los reclusos del penal agredió con una punta a Fernando Tapia García. Esta agresión se daba al cierre del dormitorio número 1.

 

Esto comenzó una riña entre los dos grupos que representan ambos internos, durante la cual Constantino Martínez Flores, subdirector de Seguridad y Custodia, sólo fue testigo, porque no intervino ni ordenó que los custodios pararan la pelea. Con respecto al jefe de turno Luis Felipe Herrera López, no se le ocurrió hacer otra cosa más que salir corriendo, según dijo para pedir ayuda.

 

Para calmar la situación se tuvo que recurrir a la policía estatal y elementos del Ejército Mexicano, quienes fueron los únicos que pudieron poner orden, ya que el director del penal y  primo del presidente Carlos Gordillo, no se encontraba en el lugar, al cual pese a todas las irregularidades que han reportado los custodios e internos del penal, el alcalde lo sigue teniendo en el puesto por su parentesco.

 

Iván Salazar y Fernando Tapia, por las lesiones que presentaron fueron trasladados para su atención médica al Hospital General de Izúcar de Matamoros. Mientras que seis internos más que participaron en la riña fueron segregados al área de castigo, donde aún están otros reclusos por la anterior riña ocurrida el 30 de diciembre pasado, la cual también fue protagonizada por Iván.

 

El motivo de la riña al parecer fue la pugna por el control del penal entre dos grupos de internos. Hace algunos meses el grupo de Iván controlaba, presuntamente con el apoyo de algunas autoridades corruptas del penal, el ingreso de bebidas y drogas, las cuales comercializan en el interior del CERESO. Pero Iván fue trasladado por algunos meses al CERESO de Ciudad Serdán.

 

Sin embargo hace poco lo regresaron al CERESO de Izúcar de Matamoros, por lo que intenta recuperar el poder, el cual está siendo peleado con el grupo de Fernando. Esto ha sido el detonante de las broncas al interior del penal.

 

Cabe señalar que las autoridades municipales que administran ese CERESO, al parecer brindan protección al grupo de Iván, ya que a éste no lo han segregado en ninguna de las ocasiones, pese a haber sido identificado como quien inicia las peleas.

 

Fuentes cercanas a este medio indicaron que algunos de los jefes del penal permiten a Iván que adquiera alcohol e incluso drogas, a cambio de presuntos pagos que van desde 2 mil a 5 mil pesos.

 

Señalan que los favoritismos hacia el grupo de Iván están provocando disgustos en el otro grupo de internos, quienes presuntamente han dicho que una vez que se les termine el castigo cobrarán venganza.

 

Igualmente en la población femenil de dicho CERESO hay descontento debido a la mala administración. Ya que Constantino Martínez mantiene una relación sentimental con una custodio, y por ello le da permisos de faltar, lo que ocasiona que las internas no salgan de sus celdas por falta de personal que las supervise.

 

Cabe señalar que este diario desde hace algunos meses ha dado a conocer diversas irregularidades que ocurren en el penal de Izúcar de Matamoros, donde Carlos Gordillo se ha negado a corregir dicha situación por no aceptar remover del puesto a su primo Héctor Enrique Ramírez.