Teoloyucan.- Asumiendo una actitud retrograda y pasiva ante los graves eventos que se suscitan dentro de la Comisaria Municipal, Salvador Montoya Moya sigue gobernando aparentando que todo se encuentra bien en la sensible área de seguridad municipal, cuando no es así, la realidad que se vive en la materia, es otra.
En tiempos de pre-campaña y dentro de la misma, en diferentes ocasiones en sus oficinas de la av. Hidalgo, discretamente recibió a policías municipales en activo, quienes le comentaron todas las anomalías en las que está involucrado el subdirector Benjamín Muñoz Pérez, de la Dirección de Seguridad pública, quienes le manifestaron a detalle el cómo, cuando, quienes, con quien y donde se estaban dando los delitos cometidos por ese y otros mandos uniformados.
Parte de una de varias denuncias que nos han hecho llegar a la redacción de Glob@l-México
Ante tal situación, Montoya se comprometió a recibir en sus oficinas cuando asumiera oficialmente el cargo a cada uno de los elementos que conforman el cuerpo policiaco municipal para escucharlos, y una vez informado y comprobado su dicho, sanearía la policía municipal, algo que a la fecha no ha sucedido, sencillamente no los recibe.
Para Montoya y cualquier otro presidente municipal en el Estado de México, es muy fácil sacudirse sínicamente el compromiso al tener que responder ante la denuncia de cualquier atropello, abuso o delito cometido por este tipo de servidores públicos, utilizando varias opciones: que la/s victimas acudan ante la contraloría municipal, la oficina de derechos humanos o las procuradurías. Que fácil, no?
La obligación política y moral –si es que la tiene- para que Teoloyucan cuente con una policía eficiente, que realmente impida que los policías cometan exceso, delitos, atropellos, es de él y su cuerpo edilicio, al no hacerlo nos hace reflexionar en varias posibilidades:
A) Está coludido con los oscuros negocios y las jugosas utilidades que se generan de los mismos.
B) Tiene miedo depurar la corporación y a las represalias para acabar con la corrupción policiaca, sabiendo la clase de “fichas” que se encuentran dentro de la corporación.
C) Mantiene a los mandos y otros en el puesto obedeciendo a favores políticos.
O será que no sabe lo que sucede en su palacio?
Sea cual sea la realidad particular del caso, lo patente es que Montoya esta lesionando a los ciudadanos con tanta arbitrariedad que cometen sus "muchachitos", y a falta de respuesta el índice delincuencial en el territorio se ha disparado como nunca. Para prueba de ello, mencionaremos –omitiendo nombres por respeto- los dos secuestros que se llevaron a cabo en las últimas dos semanas, en el primero se pagaron 1 millón 750 pesos de tres que pedían, y los delincuentes dejaron en libertad a la víctima muy mal herida, en el segundo caso, pagaron un millonario rescate y aun así desgraciadamente ejecutaron a la víctima.
Asimismo, podemos recordar a finales del año pasado y principio del presente, los dos homicidios cometidos en el barrio de san Bartolo de dos conocidos hermanos y respetables ciudadanos comerciantes locales, de la misma forma, el homicidio de una jovencita en el barrio de Cuaxoxoca, y para generalizar, los cientos de robos a comercios y a casa habitación, que en algunos casos han llevado a los vecinos a realizar rondines integrados por civiles, a falta de vigilancia policíaca.
Las denuncias al señor le valen un cacahuate, y como no? si él cuenta con escolta, fuero y dinero. Pero que de la seguridad para la población? Le aseguramos a Montoya que no solo de fiestas, eventos con artistoides y regalo de pelotas vive el pueblo, con eso él gana imagen ante la gente que no ve más allá de la punta de su nariz, justo lo que un seudopolitico busca, y en eso si la lleva bien, no lo vamos a negar.
No es lo mismo comprar y vender casas, cemento, tornillos y tuercas que gobernar un municipio tan complejo como Teoloyucan, y menos desconociendo como actúan las corporaciones policíacas y sus integrantes, a quienes les ha dado libertad plena para que hagan lo que quieran.
De continuar solapando tanto descaro, que le rece a Dios que no le suceda lo que al ex presidente panista Tito Saúl Meléndez Camarillo, a quien le mataron a sus mandos policíacos por estar coludidos con el crimen organizado, y en su paranoia tuvo que importar rateros vestidos de policías de Naucalpan, recomendados por el entonces director de la policía Judicial en el Estado de México, y gastar del erario para escoltas de él y de todos sus familiares cuando regresaron del exilio después del lamentable suceso.
Lo que sucede solo un ciego, loco, coludido, inepto o estúpido, no lo notaría!!