Hoy 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, Amnistía Internacional se solidariza con todos los pueblos indígenas de América, quienes continúan siendo víctimas de la marginación y la discriminación. Se les ha privado de voz en las decisiones que afectan a sus tierras, sus vidas y sus medios de subsistencia, sufren un nivel de pobreza desproporcionado, incluso cuando habitan zonas ricas en minerales y otros recursos naturales.

Frecuentemente no cuentan con el reconocimiento estatal sobre la propiedad de sus territorios y están en permanente riesgo de expulsión.

La extracción de recursos, la explotación agrícola y maderera y otros proyectos de desarrollo en los territorios indígenas son a menudo impuestos sobre estos pueblos, sin consultarlos ni respetar su derecho al consentimiento libre, previo e informado. Además, es común que sean víctimas  de acoso y violencia, pues  intereses privados y poderosas empresas incumplen las leyes nacionales e internacionales en su deseo de obtener beneficios y los Estados no cumplen con su obligación de proteger los derechos de estas comunidades, incluso llegando a perseguir criminalmente a sus líderes o desprestigiarlos.

Si bien el continente ha hecho importantes avances en el reconocimiento constitucional y legislativo de los derechos de los pueblos indígenas, en muchos casos estos avances son ignorados o aplicados de un modo que no respeta de forma adecuada sus tradiciones culturales, como por ejemplo cuando no se consulta con ellos legislaciones que afectan sus derechos.

En México, Amnistía Internacional ha documentado cómo el sistema de justicia no sólo es ineficaz sino que a menudo se utiliza para silenciar a líderes indígenas que han decidido alzar la voz y reclamar sus derechos.

En noviembre pasado fueron liberados José Ramón Aniceto Gómez y Pascual Agustín Cruz, líderes indígenas nahuas quienes trabajaban para garantizar el acceso al agua en la comunidad poblana de Atla, en el municipio de Pahuatlán y que ha consecuencia de ello pasaron casi 3 años encarcelados injustamente.

La organización se encuentra actualmente preocupada por los actuales procesos en contra de  Mario Luna Romero y Tomás Rojo, dos líderes indígenas yaquis quienes se enfrentan a cargos estatales y federales y que podrían ocurrir como represalia a su legítima labor en defensa de los derechos de su comunidad en Sonora.

Frente a un legado de atroces violaciones de derechos humanos, los pueblos indígenas de la región se movilizan para hacer oír su voz. Su exigencia de que se respete su derecho a no sufrir discriminación, así como a la tierra y a su identidad cultural, en definitiva, su derecho a disfrutar de todos los derechos humanos, esta cada vez más presente en el centro del debate sobre derechos humanos en la región y lo revitaliza.

En este día todos los gobiernos de la región deben demostrar su voluntad política de respetar, proteger y garantizar todos los derechos humanos de los pueblos indígenas de América, incluyendo el acceso a la justicia.

Información adicional:

Los derechos de los pueblos Indígenas a su territorio, a la consulta y al consentimiento libre, previo e informado entre otros derechos reconocidos a estos pueblos, están recogidos en la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Esta Declaración es resultado de más de 20 años de negociaciones entre los Estados y los pueblos indígenas. Todos los Estados de América la han respaldado. Estos derechos también están recogidos en el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales (Convenio 169) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificado por la mayoría de los Estados de América. Asimismo han sido apoyados reiteradamente por la ONU y los órganos regionales vigilancia de los tratados, como el Comité de Derechos Humanos, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, así como el Relator Especial de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.