Es claro que la terrible corrupción que permea todos los niveles de gobierno, permite que se autorice de facto la circulación de unidades del transporte público sin portar placas de circulación en todo el territorio del Estado de México.

Lo grave de esto es que, la carencia de los medios de identificación simplifica la impune huida de los delincuentes que tripulan las unidades cuando cometen los innumerables delitos que los mexiquenses sufren a diario, sabedores que nadie los podrá identificar.

No portar laminas, como también se le conoce a las placas de circulación, se sanciona generalmente de manera “económica” y solo a los particulares, cuyo fruto llega a los bolsillos de las estructuras delincuenciales con uniforme y sus similares de cuello blanco, a las arcas gubernamentales llega únicamente la cuota que les exigen los mandos a sus elementos operativos que patrullan las calles en el estado.   

Sin lugar a dudas, la situación no es ajena a los altos funcionarios públicos encargados de la seguridad en los ámbitos federal, estatal y municipal, sin embargo, el gran negocio que significa, al final seguramente les gana la voluntad y lo permiten, no se puede concebir de otra manera.

La grave irregularidad repercute directamente -para mal- en las acciones encaminadas a prevenir y esclarecer los delitos, que en su mayoría quedan impunes debido al incumplimiento en la aplicación de las leyes por parte de los encargados de vigilar que se cumplan, en el caso especifico nos encontramos con la ceguera a modo del procurador y comisionado mexiquenses, también de la policía federal división caminos y un largo etc que pudiera llegar a varios secretarios, sin descartar que también alcance al gobernador.

Una laguna en el código penal del estado creada no hace mucho, les permite hacer que hacen y dormir la siesta de la impunidad, consecuentemente los delitos quedan -en su mayoría- tan solo como faltas administrativas y no penales. Adelante explicaremos en qué consiste El Truco.

En un país reconocido mundialmente por su terrible corrupción, donde por obvio casi todo se vale, esto podría parecer “Pecata Minuta”, sin embargo analizando la situación, no es así, el que se deje circular sin laminas es solo el inicio de algo más.

Para empezar nos encontramos una SEMOV impávida, a modo, quietecita sin chistar, sin duda con la mano extendida para recibir premios de la mafia encabezada por los multimillonarios y mafiosos lideres transportistas, que al encontrarla facilita seguramente no se estarán dando por mal servidos. Además los mafiosos han de estar festejando el hueco que dejó la anterior administración al despedir prácticamente a todos los inspectores con los que contaban por corruptos, según señalamientos del anterior subsecretario Jorge Arredondo a este medio.

Prácticamente en los mismos términos se encuentran los integrantes de las corporaciones policíacas, haciendo su agosto con los mañosos transportistas, en un sistema basado en añejos valores entendidos “te permito todo y tú me das a cambio lo suficiente para permitirlo”. Esto se puede comprobar fácilmente, basta circular por cualquier vialidad principal del estado para observar que los señores del transporte no son molestados pase lo que pase, hagan lo que hagan, gracias a lo permisible de las corruptas estructuras policiacas, estos pareciera que se vuelven invisibles para los representantes del orden de los tres niveles de gobierno.  

En el terreno político, es donde mayor impacto tienen los mafiosos y acaudalados líderes mexiquense que han logrado que sus unidades circulen a sus anchas en el estado. Y como no les permitirían si ellos son una de las partes medulares para el abasto económico bajo la mesa del sistema, de acarreo y de incidencia en el voto para favorecer a quien en turno los ayuda, al obligar a sufragar a los miles de agremiados con los que cuentan. Incluso dentro de estos últimos, cuando algún personaje que los ayuda y requiere apoyo rudo, de ellos salen los grupos represores para hacer el trabajo sucio.

La Trampa  

El código penal vigente para el estado de México señala el delito de PRESTACION ILICITA DEL SERVICIO PUBLICO DE TRANSPORTE DE PASAJEROS.

Dentro de lo estipulado en el citado ordenamiento, se enumeran las formas en que los choferes, empresarios, concesionarios y un largo etc. incurren en el delito.

Artículo 148.- A quien preste el servicio público de transporte de pasajeros sin concesión, permiso o autorización correspondiente se le impondrá de uno a cinco años de prisión y de treinta a ciento cincuenta días multa, y suspensión por un año del derecho de manejar. Si en este delito tuviere intervención cualquier integrante del consejo de administración, socio o representante legal de una empresa concesionaria o permisionaria del servicio público de transporte y se cometiere bajo el amparo de aquélla, la pena aplicable se aumentará de una a dos terceras partes de las que le correspondan por el delito cometido y se le impondrá además la suspensión y privación de derechos para prestar el servicio público que se haya otorgado. Las sanciones previstas en este artículo se impondrán sin perjuicio de las medidas que disponga la legislación administrativa y las sanciones que correspondan, en su caso.

Este delito se perseguirá por querella de la  dependencia u órgano estatal del ramo (Sic).

La Trampa se encuentra justo en el último párrafo del citado artículo, con lo que se vuelve prácticamente imposible aplicar lo dispuesto en la ley contra los miles y miles de infractores, lo cual no cederá al condicionar trucadamente “Este delito se perseguirá por querella de la  dependencia u órgano estatal del ramo”.

Quien es la dependencia u órgano estatal del ramo que se debe querellar? Nada más y nada menos que la Secretaría de Movilidad del Estado de México (Semov), únicamente ella, no un policía o un mortal cualquiera. Al ser así, aparenta que todo ha sido pactado, pues la Semov nunca se encuentra representada acompañando –como debiera- a los elementos de las policías de tránsito y/o ministerial para poner a disposición o presentar ante la procuraduría a los infractores. Con esta argucia a todas luces planeada desde las altas esferas, los uniformados y autoridades judiciales se cobijan y no actúan, evitándose de este modo que el delito pase de ser una sencilla falta administrativa, a un delito judicializable.

Cabe recordar que hace meses la Semov llevó a cabo esporádicos operativos conjuntos con policías de tránsito, operativos que por cierto desde la llegada del nuevo secretario visiblemente Ad Hoc para las mafias, Edmundo Rafael Ranero Barrera, sin motivo aparente no los lleva a cabo.

Finalmente, consideramos intolerable que una ley oscura que ya está vigente, y por oscura o estúpida que sea, no la apliquen quienes por obligación deben hacerlo.

Si hubiera voluntad para implementarla, en los hechos, sería tan simple como llevar a cabo operativos conjuntos conformados por representantes de las dependencias involucradas, logrando el beneficio a las actividades del orden y seguridad públicos.

La realidad en el caso de los sin placas, es que la Semov le echa la pelota a transito y transito a la Semov, sin omitir que también le avientan la bola a la procuraduría y a la policía federal división caminos, el caso es que nada se hace para sancionar el delito cometido por miles y miles de choferes del transporte público en el Edoméx que sin duda afecta la insipiente seguridad en el estado.

En este juego de sin placas y balones, quienes salen perdiendo como siempre, son los ciudadanos que habitan y visitan el estado de México. Triunfantes; los lideres mafiosos, choferes, policías, políticos y en su conjunto, la corrupción.