“Cultura del silencio” por parte de la Iglesia al dejar que sacerdotes y profesores agredieran sexualmente a menores por seis décadas

Al menos 547 niños del famoso coro de la catedral de Ratisbona fueron víctimas de los abusos sexuales y físicos perpetrados por sacerdotes y profesores entre 1945 y los años 90, según revela el informe final presentado por el abogado Ulrich Weber, contratado por la Iglesia para investigar el caso, que estalló en 2010 y salpicó al hermano del papa Benedicto XVI, Georg Ratzinger.

Así, según Weber, unos 500 niños del citado coro, conocido en Alemania como ‘Regensburg Domspatzen’ (Los gorriones de la catedral de Ratisbona), sufrieron abusos físicos y otros 47, agresiones sexuales, incluyendo violaciones.

“Los afectados describieron esos años en la escuela como de una prisión, un infierno y como si hubiera sido un campo de concentración. Muchos refieren esos años como la peor época de su vida, caracterizada por el miedo, violencia y desamparo”, señaló Ulrich Weber.

Además, de los 49 sacerdotes y profesores implicados en las agresiones a los menores, nueve de ellos habrían cometido abusos sexuales. Según Weber, la Iglesia habría fomentado una “cultura del silencio”, que les permitió llevar a cabo las agresiones durante sesenta años.

En 2010, al coro, con más de 1.000 años de antigüedad, le llovieron denuncias de abusos sexuales interpuestas por antiguos miembros. Así, en 2013, más de 400 víctimas habían presentado y detallado los abusos sufridos a manos del personal eclesiástico.

El caso fue muy polémico, ya que de 1964 a 1994, cuando ocurrieron la mayoría de los abusos, el coro estuvo dirigido por el hermano mayor del papa Benedicto XVI, de nombre, Georg Ratzinger. En este sentido, el abogado señaló en varias ocasiones que el hermano del papa tenía que conocer algunos de los casos, algo que él ha negado rotundamente.

Georg Ratzinger (Izq) hermano de Benedicto XVI (Der) dirigió el coro de la catedral de Ratisbona durante 30 años (entre 1964 y 1994).

 “Si hubiera conocido los casos que se estaban llevando a cabo, habría hecho algo”, dijo Georg Ratzinger en una entrevista concedida en 2010, en la que pidió perdón a las víctimas. “Al principio, yo también daba bofetadas, pero siempre me sentí mal por ello”, añadió.

Los autores del informe esperan que su investigación ayude a las víctimas a encontrar la paz y aliviar el sufrimiento que vivieron de niños. El año pasado, la Iglesia ofreció a las víctimas una compensación económica de entre 5.000 y 20.000 euros. Se espera que después de difundida la publicación del informe la cifra sea decidida por un ente independiente.

 

 

Fuente: RT