Ricardo Marín Albarrán

 

Que tanto te preocupas por tu familia?, hijos, padres, parientes y seres queridos?.  A lo mejor estas líneas no te dicen nada nuevo  en común ni tampoco es intención influenciar en tus actividades ni comportamientos personales  de tu vida cotidiana o a la que estas acostumbrado.

La simple razón de que lo leas es ya de agradecer tu atención  ya  que los acontecimientos que cada día escuchas, observas y a veces de los hechos en los cuales eres victima tienen mucho que ver con lo que decides y realizas,  es claro que todo tiene un rebote  hacia ti o los tuyos como un denominado efecto colateral.

Lo que tu hagas, digas o en lo que te involucres beneficiara, involucrara o afectara a los tuyos tarde o temprano,  la razón es simple, que tan buen empleo tienes, cuanto tienes que aguantar o padecer a diario para llegar a tu trabajo y a quienes tiene que sortear fingiendo ser quien no eres  para seguir  dentro de nomina salarial,  tienes razón,   de donde sacarías  para mantener a tu familia verdad? .

Día a día los mexicanos hemos  ido perdiendo la confianza  en nosotros  mismos de forma subconsciente, una de los factores es  gracias a nuestros representantes  gubernamentales, eso si, también tenemos fé   que algún día llegara aquel  hombre funcionario  que marque un cambio en la política de este  país y que permita que México territorio de todos,  así como tu también  prospere y se recupere de manera moral,  económica, tecnológica, social, educativa, entre muchas otras áreas que necesitan dedicación para hacerlo realidad.

Desafortunadamente  debemos iniciar  tocando este tema ya que es una de las bases principales que  necesitamos  indispensablemente y  que altera toda actitud y vida social de nosotros,  esto a cambiado a todos los ciudadanos  de forma regresiva en el progreso personal  por su mala guía profesional,  extraviando totalmente los valores que semientan  una mejor forma de subsistencia para todos.

En los últimos  cinco sexenios los mexicanos  nos hemos convertido en  seres  sin escrúpulos y sin pensamientos propios tomando medidas  que afectan a los demás,  correctas o no, nuestras  quejas  y  manifiestos con violencia física y verval  nos  hacen creer que llamaran la atención de los líderes políticos que nos guían, esta mas que comprobado que caemos en sus estrategias para que a su ves les demos la razón   y no les importa si vives o no mientras ellos se enriquecen personalmente  con recursos que todos aportamos para un progreso futuro que desarrolle y  herede mejores mentes ( hijos )  ya que son los únicos que verán un mejor país que abrase nuestra descendencia formando vidas excelentes que nos haga perdurar.

Insistiendo  en  algunas de estas malas  medidas,   son la abstinencia del voto, la perdida de intereses políticos, abstenerse de participar en cualquier actividad relacionada con el gobierno, entre otras. Por desgracia esto no solo permite que la política mexicana vaya en declive sino que la misma sociedad se deteriore al no lograr lo que quiere, que es un cambio que beneficie al país. Muchas veces nos cuestionamos por qué México no puede tener políticos que no sean corruptos, políticos que trabajen a beneficio del país y no a beneficio de ellos mismos, políticos que se preocupen por la sociedad y no por sus intereses propios; la respuesta seguramente no la vamos a encontrar en el Senado, o en la Cámara de Diputados, ni mucho menos en la Presidencia; la respuesta, de realmente quererla encontrar, la tendríamos que buscar en nuestros hogares.

No es posible que sea un hábito mexicano el quejarnos y quejarnos diariamente sobre los problemas políticos que surgen continuamente y que cada vez que se nos pregunte “¿Y tu que haces por solucionarlo?” Respondamos con un aire de arrogancia “¿yo por qué?, si los políticos son quienes tienen el poder y son los responsables”. Creo pertinente es que  ahora  los mexicanos dejemos a un lado nuestro conformismo y nuestra actitud de echarle la culpa a los demás y comencemos por abrir los ojos y actuemos con el poder que nosotros tenemos para ejercer el cambio.

Si bien lo recordamos todos aquellos líderes políticos que tenemos son personas comunes y corrientes como nosotros, personas que fueron elegidas por la sociedad y que de la misma manera pueden ser revocadas de su puesto por la misma ciudadanía, no son súper hombres ¡. Quitémonos de la cabeza que son seres superiores a ti y a mí.

Pero para nuestra gran desgracia, la sociedad no tiene la educación política por que prefieren ver un reality  de pantomima televisivo o radiofónico que instruirse en este derecho civil, cabe mencionar que los medios de comunicación han perdido  el interés en difundir esta parte de la educación al mexicano   por diferentes motivos,  siendo el mas importante los contratos millonarios que firman con los servidores públicos  corruptos que ocultan ante los ojos de la gente la realidad de sus actividades.

Esta actividad esconde  arbitrariamente la transparencia a la que tienes derecho además de  poder tener conocimiento de cómo es que la política se maneja en el país y lo que es más triste aun, es ver  a  muy pocas personas buscando  esta educación con el fin de poder hacer un cambio.

Comencemos por formarnos  y compartir con nuestros hijos y familiares una educación política que nos permita tomar medidas y acciones más neutrales y razonables,  olvida los fanatismos é imposiciones, no te apasiones ya que estas ideas solo llevan a un camino, el de quejarnos  y no hacer nada.

Se sabe que cuesta mucho hacer lo correcto per has el esfuerzo,  Has lo correcto nada mas, asegurémonos de que nosotros no hemos participado en ningún acto de corrupción por menor que sea;  observa a los que amas directo a los ojos y aconséjalos  para bien, todo se puede hacer de la manera  integra,  que si nos desagrada que los gobernantes solo velen por sus intereses, cerciorémonos de que nosotros realizamos acciones que beneficien a la comunidad.

Recordemos que para poder lanzar la primera piedra, debemos estar libres de culpa, por lo tanto si queremos exigir un mejor gobierno, comencemos por ser una mejor sociedad.