Sadit Gonzales

- La Selección Mexicana consiguió una nueva victoria histórica en el futbol olímpico, luego de vencer 3-1 a Japón en la semifinal, no sólo se aseguró la Final en Londres 2012, sino que se ha hechado a la bolsa su primera medalla en Juegos Olímpicos; el Oro sigue como objetivo primordial.



Marco Fabián abrió el marcador, fue su primer gol en esta justa olímpica; Oribe Peralta hizo su segundo tanto en el torneo, otra vez en el segundo tiempo; y Javier Cortés cerró un saldo que ya era de ensueño. Yuki Otsu, el goleador de los nipones, anotó el del empate parcial, insuficiente tras los 90 minutos reglamentarios.

Así, el Tri jugará la Final frente al ganador de Brasil y Corea del Sur, que se enfrentaban más tarde; el juego por el Oro será el próximo sábado a las 9:00 horas, tiempo del centro de México. 

Los primeros 45 minutos en Wembley mostraron por primera ocasión a México en desventaja en un juego que inició revolucionado a la ofensiva, sobre todo por parte de los japoneses, que se lanzaron al frente desde el arranque y tras un disparo de Javier Aquino por derecha, en jugada de Dos Santos, que salió débil y desviado.

Impreciso, dubitativo, quizá nervioso se veía el equipo mexicano en los primeros 10 minutos. Al minuto 12, Yuki Otsu sorprendió con un obús desde fuera del área, tras toque previo de Higashi, imparable por José de Jesús Corona, quien en estos Juegos ha mostrado una actuación soberbia bajo los tres postes del Tricolor.

Era la primera vez que los mexicanos voltearon a ver la pizarra en su contra, era también el cuarto gol más rápido que recibió México en la justa olímpica. La presión japonesa fue una constante, el desgaste defensivo se mantuvo a tope para evitar el segundo y hacer más difícil la reacción.

Diego Reyes intentó sorprender a la ofensiva, se sabía sin marca, pero en su arribo por izquierda no logró definir. Antes de la media hora de juego, Javier Aquino filtró el balón por derecha, pero éste pasó por Peralta, lo rebanó Marco Fabián y Giovani dos Santos, desde el corazón del área, logró el disparo, pero apenas desviado. Suspiros y sentimientos de frustración comenzaban a presentarse.

Fue en un tiro de esquina por derecha de Giovani dos Santos donde nació finalmente el gol; luego de que Chatón buscara el remate pero que la zaga peinara, Marco Fabián remató de cabeza para mandar el balón a las redes pasada apenas la primera media hora de partido. Un minuto después, Dos Santos parecía poner el 2-1, pero intentó colocarló demasiado y terminó por echar su disparo hacia fuera.

El resto de los minutos hasta el descanso fue de dominio mexicano, pero no sin que Japón intentara hacer daño al contragolpe; sin embargo, la zaga, que adelantó líneas y se mantuvo al borde de una tarjeta amarilla, impidió una nueva sorpresa.


Inició el segundo tiempo y las noticias no parecían ser las mejores camino del vestuario a la cancha; Giovani dos Santos no aparecía y minutos después salía del túnel de los vestidores cojeando y directo a la banca; una lesión, sin conocerse aún la gravedad de ésta, lo dejaba fuera del resto del partido y cedió su lugar a Raúl Jiménez. Si bien el panorama no era desalentador, sí estaba cargado de incertidumbre.

A cuatro minutos de haberse reanudado el partido, Japón hacía un doble intento por marcar; primero un disparo de Yamaguchi que estrelló en la zaga y después Nagai en tiro elevado. México debía intentarlo también, pero sus tiros no lograban inquietar lo suficiente y apenas ganaba tiros de esquina, sino es que Gonda enfriaba el esférico.

Las faltas fueron una constante, pero no llegaron más allá; la cabeza fría de los jugadores ante la posibilidad de jugar por la medalla de oro evitó una bronca seria. Poco a poco y pasados los 55 minutos de tiempo corrido, México comenzó a circular el esférico de media cancha hacia enfrente, tuvo la posesión del esférico hasta que vino un error defensivo del cuadro asiático.

Marco Fabián centró por izquierda y sobre línea de fondo, Peralta disparó, controló Gonda, salió en corto con su defensa y ésta, en una pestañeo, perdió la pelota que aprovechó Oribe Peralta para enviarla a las redes con un trallazo desde fuera del área.

Precavido, sereno y sin caer en excesos de confianza, México comenzó a echar 'el carro' hacia atrás; se mostró defensivo, aguardó a que Japón tuviera un nuevo error para el contraataque y mantuvo la ventaja en la pizarra. Japón, pese a todo, guardó la compostura, estaba obligado a buscar el empate de cualquier forma y el tiempo se agotaba; tres minutos añadidos fueron anunciados, una eternidad para el Tri.

Sin embargo, el ingreso de Javier Cortés en la recta final por Aquino parecía sólo un trámite para consumir tiempo, pero Cortés entró, aunque fuera por poco tiempo, con el mismo ímpetu que cualquiera de sus compañeros que fueron titulares. Consiguió el tercer tanto que, entonces sí, aseguró la medalla olímpica, la primera en futbol y el boleto a la Final en Wembley, que si bien es el nuevo estadio, el nombre no impide que la mente remia a un inmueble que tiene el calificativo de histórico y legendario. ¡México va por el Oro!